26/6/09

Tururu! xD

Soy una pervertida, lo sé, y es por eso que haré volar mi imaginación y le daré un poco de vidilla a esta cosa, a pesar de que pocos entrarán no importa, a más de alguno (espero) que le gusten mis relatos, he de aclarar que ninguno me ha pasado de verdad, (por suerte o por desgracia xD), este relato lo hice en octubre del año pasado, lo publiqué en mi blog y ahora lo dejo por estos lares... a ver que tal se me da lo de "escritora" xDDDDDDDD

En el Bar

No pretendía encontrar a alguien en aquel bar., como todos los viernes iba al mismo lugar de siempre, esa era mi rutina, el mismo rincón que me desconectaba del ajetreo de la ciudad, me protegía de las luces del interior y me permitía ver a todo el mundo y pasar desapercibida para el mundo. Me daba por pensar cosas pervertidas, siempre he sido así, una ninfómana de pies a cabeza. La gente que frecuentaba aquel bar eran mayormente jóvenes que sobrepasaban los 25 años, como yo, mientras miraba a mi alrededor, podía imaginar lo que pensaba cada persona, me hacia preguntas como ¿Cuántas de aquellas mujeres habían sentido realmente un orgasmo? ¿Sabían ellas que aquellos hombres con los que se acostaban, pensaban en otras mujeres?, tal vez en la amiga, la hermana o la propia madre? ¿Cuántas de aquellas parejas habrán tenido sexo ese día?, que haría yo misma si alguien se me acercara tratando de entablar una conversación coherente, tratando él de no parecer imprudente y yo pensando en aquello para lo que sé que había nacido? Mientras perdía el tiempo en estas cosas, no me percaté de que unos ojos estaban clavados en mí, los ojos más lindos que he visto en mi vida. Cuando nuestras miradas se cruzaron me sentí hipnotizada, caí en un abismo de seducción que no puedo explicar, me sentí atrapada como un ciervo, sentí como un volcán en ebullición me consumía, solo con aquella mirada. Sin darme cuenta, pues no podía escapar de ese túnel, él se acerco a mí y me hablo. Su voz me encantó y su perfume me embriago y perdí la noción del tiempo, y ya no existió nada más, su nombre quedó grabado a fuego en mi alma, hasta el día de hoy. No era necesario hablar, pues sólo con la mirada nos entendíamos, la proximidad de nuestros cuerpos creaba una electricidad cargada de pasión, cuando le dije mi nombre tuve la certeza de que había nacido para el y el con su mirada me dio a entender de que yo era su destino. Tratando de entablar una conversación normal, y así poder calmar un poco la pasión que nos envolvía, comenzó a hablarme de su estresante día en la oficina, él era publicista… yo, fotógrafa. Me invito a tomar un trago, él pidió una cerveza, yo un jugo natural pues no bebo alcohol. Cuando el mesero dejó nuestro pedido y se retiro, la química era inevitable, me dijo cosas que nunca nadie me había dicho, vio cosas en mí que ni yo misma sabia y supo como seducirme sin conocerme. Pasaron 2 horas intensas, conteniendo el deseo que él había despertado en mí. Cuando vi lo tarde que era me puse de pie y pase a rozar su brazo, la excitación me delató, mis pezones se endurecieron y el lo noto, me miró fijo a los ojos y con una sonrisa me dio a entender lo que pretendía. Pidió la cuenta, me cogio de la mano y me llevo hasta su coche. Mi respiración estaba agitada, no sabia cuanto mas podría soportar sin tocarlo. El conducía sin prisa y me miraba cada dos por tres. Su coche era automático, por lo que no tenia que preocuparse de cambiar de marcha, de un momento a otro puso su mano en mis muslos y comenzó a subir lentamente hacia mi sexo. Mi respiración se agitaba cada vez más, estaba mojada. El no dejaba de conducir, me llevó por el centro de aquella ciudad que era un caos en el día, pero que a esas horas de la noche estaba vacía, tanto como lo estaba mi alma hasta antes de conocerlo. Cuando sus manos llegaron a destino, un pequeño gemido escapo de mi garganta, lo miré y el me devolvió la mirada con pasión. Sin dejar de conducir comenzó a tocar mi sexo, sus manos conocían a la perfección la anatomía femenina, sabia donde y como tocarme. Mi cuerpo se movía a su voluntad, cuando estaba llegando al orgasmo el quitó su mano, paró el coche frente a un enorme edificio y me miro con una sonrisa maliciosa, bajó del coche y me abrió la puerta. Cuando estuve frente a él, puso su dedo en mi boca, sí… aquel con el que me había tocado, sentí mi propio sabor y eso me excito aun más, me llevo de la mano, casi corriendo hasta el ascensor, una vez dentro me comenzó a besar con pasión, sus manos hicieron un mapa de mi cuerpo en su mente, cuando ya no podíamos más de la pasión el ascensor llego a su piso, entre besos y abrazos entramos en su departamento, parecíamos dos locos desesperados. Rasgo mi blusa dejó mis pechos al aire, pues no acostumbro a llevar sujetador, yo hice lo propio con su camisa, su pecho era firme, no musculoso, su piel era pálida, comencé besando su cuello, lamía sus lóbulos, recorría su cuerpo con mis manos, el tocaba mis muslos, mordía mis pezones, me llevaba a la gloria, nuestros labios se encontraban furtivamente, nos mordíamos, nos comíamos como nadie. Mientras nos dejábamos llevar por la pasión el me dirigía a la habitación, me deje caer en su cama, él termino de desnudarme y volvió a lo que había comenzado en el coche, yo estaba empapada y eso le encanto. Sus dedos tocaban el punto exacto y mis gemidos comenzaron a salir involuntariamente de mi garganta, de un momento a otro su lengua comenzó a llevarme a la gloria, no tarde mucho en llegar al primer orgasmo, alternaba de maravilla los dedos y la lengua, cuando llegué al segundo orgasmo y mis gemidos eran cada vez mas intensos el se detuvo, se incorporo y se quito lo que le quedaba de ropa. Su excitación se hizo notar, abrió mis piernas y comenzó a frotar su sexo contra el mío, yo me había entregado por completo a aquel chico que había conocido hacia un par de horas atrás, pero que sentía como mío de toda la vida. Acerco su boca a la mía y mientras me besaba comenzó a penetrarme, primero suavemente y luego con rapidez, entraba y salía de mi y no tarde en llegar al tercer orgasmo, el termino conmigo, nos abrazamos mientras la habitación se llenaba de nuestros gemidos y gritos de placer, su respiración en mi cuello, sus manos en mis pechos y el movimiento de ambos fue mágico sobretodo cuando me miro a los ojos y sentí que lo amaba, un ultimo apasionado beso y nos dormimos abrazados, sintiendo que aquella era la primera noche de nuestras vidas.


Saludos

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